Uno de esos cuadros que te anima a pintar porque el proceso te regala mucho más de lo que eres capaz de realizar. En principio solo pretendía pone unas cuantas máscaras rojas grandes en un espacio oscuro, alguna referencia que vi y me gustó. Pero me quedó tan mal que me fui dejando llevar y el color granate del fondo se mezcló con negro y azul, y luego blanco empastado con espátula pequeña.
Detalle del hijo varón. |
En cuanto a quién es Sadako, os dejo que investiguéis. Pero no les auguro nada bueno a sus hijos.
Es de los cuadros de proceso tan feliz que, contra mis normas, he decido regalármelo a mí mismo. Gracias. De nada.
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