MARTA Y MARÍA


No entendía qué estaba pintando hasta el día siguiente, cuando me di cuenta de que eran Marta y María yendo hacia una cabaña fuera de época donde les espera su hermano Lázaro. No sé si es un trance postmortem, enfermizo limbo donde por fin se reúnen de nuevo para penar unos años. Ellos sabrán por qué. Igual la cabaña es la entrada a otra nueva dimensión. O quizá el trance final hacia la desaparición o una extenuante vida eterna.

Me gustó darle ligeros tonos azules y verdes que se come el negro prácticamente por entero, pero en realidad no hay casi negro puro nunca.

Como ya comenté en alguna entrada de mi blog, no es extraño que esta estampa tenga su origen en alguna película de la Hammer. Entre Virgenes o Novias de Drácula, diferencio más bien poco.

Me llevó una tarde energética pintarlo (Día de Difuntos 1-11-2013), sin boceto previo ni plan demasiado concreto. Alguna referencia de internet y poco más. Cuatro horas. Hogar perfumado de trementina. Hijos y mujer quejándose. Con razón. Casi nunca pinto en casa. Y de hacerlo, suele ser con disolventes inodoros. ¡Qué inventos! Pero el aguarrás da temple y potencia la jugada. Energía en su perfume embriagador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario